El Teatro de la Vida
10.12.2013 23:30La vida es un teatro y en este plano físico todos somos actores de esta gran obra. Algunas veces interpretamos al villano y otras veces al héroe, unas veces arriba y otras veces abajo. Con éxitos y fracasos, con glorias y penas. Asumimos una identidad, un papel, movidos por un valor y armados con un don. Nuestra Alma busca la forma de desplegar ese valor a través de nuestro don, y es esto lo que llamamos Misión de Vida. La forma de materializar esta misión es a través de los proyectos, oficios, hobbies y actividades que elegimos a lo largo de la vida. La herramienta que le permite al Alma hacer esto en un cuerpo humano son las creencias.
El Artista necesita creer en la musa, en la mujer inalcanzable, en la libertad, en la belleza, para poder ejecutar sus obras. El Revolucionario necesita creer en el comunismo, en el socialismo, en la democracia para poder hacer su revolución. El Científico necesita creer en un método, en el reduccionismo, en las teorías comprobadas para poder investigar. El Trabajador ha de creer en el sacrificio, en la familia, en ganarse la vida con el sudor de su frente para comenzar cada jornada. Y el Espiritual tiene que creer en su práctica, en sus símbolos, en sus textos sagrados para sentirse unido a la Divinidad.
Todas las creencias son estructuras desde las cuales apoyamos el papel que interpretamos. Nos posibilitan un punto de referencia para cumplir con nuestro guion, nuestro programa del Alma. Hay diferentes lenguajes que constituyen diferentes creencias para mantener una obra rica en variedad y colores. Es apoyado en esto desde donde se escribe el teatro de la vida.
Pero ¿qué hay detrás de este teatro? Si vamos pelando las capas dela cebolla, de la historia que hemos construidos hasta la verdad que somos, iremos viendo cómo todo siempre fue un juego. Cuando nos hacemos conscientes, dentro de la obra, podemos ver que no era más que personajes, que historias e ilusiones. En este punto cambia la forma de jugar el juego, podemos elegir entre seguir interpretando nuestro papel o quitarnos la máscara. Es aquí donde recordamos el Verdadero Ser que somos y siempre fuimos…una verdad auténtica, completa y perfecta soñando que puede ser incompleto e imperfecto.
Todo está bien, todo es perfecto…tanto el actor que se identifica con su papel como el que es consciente de su verdadero Ser, son lo mismo referenciándose en cosas distintas. Uno quiere seguir experimentando los positivos y negativos de su historia y el otro tan sólo desea observar todo aquello que no es para regresar al lugar de donde sabe que realmente es. Todos acabaremos regresando a casa. En ambos casos, no nos olvidemos de disfrutar el proceso.